Batalla de Boyacá
Antecedentes, desarrollo y concecuencias
Antecedentes
Algo más de un mes antes del día del enfrentamiento tuvo lugar la batalla del Pantano de Vargas en la que las tropas rebeldes infringieron una dura derrota al ejército realista levantando su moral y el ánimo de proseguir en su camino para independizar el Virreinato de la Nueva Granada. Pero el ejército realista superviviente del brigadier José María Barreiro continuó su camino hacia Bogotá para unirse a las tropas del virrey José de Sámano y así reforzarse para hacer frente a Bolívar.
El ejército realista se puso en marcha el día 7 de agosto desde Motavita, por el Camino Real, en dirección a Bogotá. Este movimiento fue observado por Bolívar y se dirigió al puente de Boyacá para cortarles el camino, si no lograban detenerles y Barreiro llegaba a Bogotá lo iban a pasar muy mal.
Desarrollo de la batalla
El ejército independentista sorprendió estratégicamente al español apareciendo en Boyacá por el Páramo de Pisba, pero llegó debilitado por la dura travesía. Los españoles decidieron atacarlo antes de que se fortaleciera con el apoyo que estaba recibiendo de los boyacenses y santandereanos; por lo cual la mitad aproximadamente de las fuerzas españolas en Bogotá marcharon a enfrentarlos teniendo como resultado la Batalla del Pantano de Vargas.
La toma de Tunja por el ejército libertador, tras un movimiento de tropas que engañó a su enemigo español a la vez que aprovechaba la salida del destacamento realista al mando del gobernador trashumante de esa ciudad, Juan de Loño, para reunirse con el comandante de la Tercera División del Ejército Expedicionario de Costa Firme, José María Barreiro, significó que el ejército realista veía cortadas sus comunicaciones entre sus posiciones en Boyacá y la Capital del Virreinato, Bogotá; además del refuerzo que recibirían los patriotas con esa conquista en pertrechos, munición, milicias y moral. Así pues, el derrotado pero aun considerable ejército español decidió volver a la capital para reunirse con las fuerzas que allí permanecían. Para los libertadores era esencial evitarlo, por lo cual Bolívar envió espías que le informaron que los españoles se dirigían a Bogotá por la ruta de Samacá y decidió emboscarlos en el puente sobre el río Teatinos.
Al mismo tiempo, las milicias de Coromoro combatían bravamente a los españoles en la región del Socorro, haciendo un sacrificio determinante para la independencia puesto que, aunque allí fueron derrotados, distrajeron importantes fuerzas españolas que hubieran podido cambiar el curso de otras batallas.
El inicio de la batalla lo rompió a las 2 de la tarde el capitán Andrés Ibarra lanzándose sobre la vanguardia realista, mientras el general Santander también se lanzó sobre dicha vanguardia haciéndola retroceder hacia el puente y logrando separarla del resto del ejército. En esos momentos llegó el grueso de la división de Barreiro que se enfrentó a la retaguardia de Bolívar. El combate había quedado dividido en dos frentes: las vanguardias en los alrededores del puente y el grueso de los ejércitos en la llanura del camino de Samacá.
Santander envió a los hombres de José María Ruiz a cruzar el río y rodear a la vanguardia realista y reforzar el ataque frontal por el puente con los batallones de Cazadores y Primero de Línea logrando tomar el puente. A las 4 de la tarde el ejército realista había quedado dividido y rodeado sin posibilidad de reunirse y tomar alguna iniciativa, por lo que decidieron rendirse y entregar las armas.
Resultado final y bajas
La batalla terminó a las 4 de la tarde del 7 de agosto de 1819. Murieron más de 100 realistas, entre ellos el coronel Juan Tolrá y el comandante Salazar, y 150 quedaron heridos. De los patriotas murieron 13 soldados, entre ellos el capellán de la vanguardia, fray Ignacio Díaz, y 53 quedaron heridos.
Consecuencias de la batalla de Boyacá
La batalla de Boyacá supuso el final de la campaña de conquista del virreinato de Nueva Granada lanzada por Simón Bolívar desde Venezuela. Su victoria hizo huir al virrey Juan de Sámano hacia Cartagena de Indias y posteriormente a Jamaica y Panamá en donde dimitió. Bolívar entró sin resistencia en Santafé de Bogotá el 10 de agosto de 1819. En otras provincias del virreinato continuarían existiendo tropas realistas durante unos años más por lo que la guerra de independencia aún no finalizó.
Con este enfrentamiento culminó la Campaña Libertadora de 1819, realizada en su corto período de 78 días, desde el 23 de mayo, cuando Simón Bolívar expuso el plan en la aldea de los Setenta ante los jefes del ejército patriota, siguiendo un itinerario militar desde los llanos de Casanare, la cordillera de los Andes y las tierras de la antigua providencia de Tunja, el cual culminó en el puente de Boyacá.
Incidencias
El ejército independentista sorprendió estratégicamente al español apareciendo en Boyacá por el Páramo de Pisba, pero llegó debilitado por la dura travesía. Los españoles decidieron atacarlo antes de que se fortaleciera con el apoyo que estaba recibiendo de los boyacenses y santandereanos; por lo cual la mitad aproximadamente de las fuerzas españolas en Bogotá marcharon a enfrentarlos teniendo como resultado la Batalla del Pantano de Vargas.
La toma de Tunja por el ejército libertador, tras un movimiento de tropas que engañó a su enemigo español a la vez que aprovechaba la salida del destacamento realista al mando del gobernador trashumante de esa ciudad, Juan de Loño, para reunirse con el comandante de la Tercera División del Ejército Expedicionario de Costa Firme, José María Barreiro, significó que el ejército realista veía cortadas sus comunicaciones entre sus posiciones en Boyacá y la Capital del Virreinato, Bogotá; además del refuerzo que recibirían los patriotas con esa conquista en pertrechos, munición, milicias y moral. Así pues, el derrotado pero aun considerable ejército español decidió volver a la capital para reunirse con las fuerzas que allí permanecían. Para los libertadores era esencial evitarlo, por lo cual Bolívar envió espías que le informaron que los españoles se dirigían a Bogotá por la ruta de Samacá y decidió emboscarlos en el puente sobre el río Teatinos.
Al mismo tiempo, las milicias de Coromoro combatían bravamente a los españoles en la región del Socorro, haciendo un sacrificio determinante para la independencia puesto que, aunque allí fueron derrotados, distrajeron importantes fuerzas españolas que hubieran podido cambiar el curso de otras batallas.
Orden de batalla
Comandante en Jefe: General Simón Bolívar
Jefe del Estado Mayor: General de Brigada Carlos Soublette
Unidades y Comandantes:
División de Vanguardia, 1000 soldados; General de Brigada Francisco de Paula Santander, Jefe de Estado Mayor: Coronel Pedro Fortoul
Batallón «Cazadores», 350 soldados; Teniente Coronel Joaquín París
Batallón «Primero de Línea», 550 soldados; Teniente Coronel Antonio Obando
Escuadrón «Guías de Apure», 100 caballos; Capitán Antonio María Durán.
División de Retaguardia, 1.050 soldados; General de Brigada José Antonio Anzoátegui, Jefe de Estado Mayor: Teniente Coronel José María Córdova
Batallón «Rifles», 250 soldados; Teniente Coronel Arthur Sandes
Batallón «Barcelona», 250 soldados; Coronel Ambrosio Plaza
«Bravos de Páez», 250 soldados; Coronel Cruz Carrillo
«Legión Británica», 100 soldados; Teniente Coronel John Mackintosh
Escuadrón «Guías de Mujica», 100 caballos; Coronel Hermenegildo Mujica
Escuadrón «Primero de Lanceros de Llano Arriba», 100 caballos; Coronel Juan José Rondón
Reserva, 800 soldados; General Simón Bolívar
Milicias del Socorro, 300 milicianos; Sargento Mayor Félix Soler
Milicias de Tunja, 300 milicianos; Teniente Coronel José Gabriel Álvarez de Lugo
Escuadrón «Dragones de Mellao», 100 caballos; Teniente Coronel Julián Mellao
Escuadrón «Segundo de Lanceros de Llano Arriba», 100 caballos; Coronel Leonardo Infante
Batalla de Boyacá por José María Espinosa
El sábado 7 de agosto en la mañana, el ejército realista desde Motavita inició su desplazamiento hacia Santafé. Su objetivo era llegar a la capital para unir sus fuerzas con las del virrey Sámano y organizar un frente militar contra Bolívar y el ejército independentista. Escogieron la vía por el puente de Boyacá en el Camino Real, con dirección a la capital del virreinato. Advertido de este movimiento, Bolívar ordenó la marcha de su ejército, también hacia el puente de Boyacá, dispuesto a tomarlo para impedir a Barreiro su desplazamiento hacia la capital neogranadina.
Las dos fuerzas se encontraron en el campo de Boyacá. El ejército independentista estaba conformado por 2.850 combatientes al mando del general Simón Bolívar.
La vanguardia rebelde estaba comandada por el General Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general José Antonio Anzoátegui. El general Carlos Soublette era el jefe del estado mayor.
Las tropas rebeldes estaban compuestas en su mayoría por neogranadinos y los venezolanos. Sus integrantes eran criollos, mestizos, mulatos, zambos, negros e indígenas, generalmente personas pobres, escasas de alimentos y mal vestidos, considerados por las autoridades realista como insurgentes. El ejército tuvo mucho apoyo popular de los granadinos, y en especial de los campesinos de Tunja.
Por su parte, el ejército realista estaba conformado íntegramente por tropas nativas americanas, unos 2.670 soldados, de los cuales 2300 eran de infantería, 350 de caballería y 20 de artillería. Este pertenecía a la tercera división del Ejército Expedicionario creado en Nueva Granada. Su comandante era el brigadier José María Barreiro; el jefe del estado mayor, el coronel Sebastián Díaz, y la vanguardia estaba al mando del coronel Francisco Jiménez.
Desde el alto de San Lázaro en Tunja, Bolívar y el estado mayor observaron los movimientos del ejército realista. A las 10 de la mañana ordenaron impedir el paso por el puente de Boyacá, en el cual confluyen los dos caminos: el de Samacá, utilizado por los realistas desde Motavita y el Camino Real, utilizado por los independentistas.
A las 2 de la tarde la descubierta del ejército patriota, encomendada al capitán Andrés Ibarra con sus jinetes, descendió del boquerón de El Tobal y llegó hasta la Casa de Teja y sus alrededores, donde se enfrentó a la vanguardia realista que estaba en pleno almuerzo. El general Francisco de Paula Santander inició con la vanguardia el combate, y puso en retroceso a la vanguardia realista hasta el puente de Boyacá, donde estaba fuerte en la orilla opuesta del río Teatinos.
En ese momento llegó al campo de Boyacá el grueso de la división de Barreiro por el camino de Samacá y se enfrentó a la retaguardia de Bolívar comandada por el general José Antonio Anzoátegui. En esos momentos llegó a la Casa de Teja Bolívar, quien se ubicó en una colina equidistante entre el puente y la casa. Así dice el coronel Antonio Obando en sus Apuntamientos para la historia: «El general Bolívar con nuestra retaguardia siguió el movimiento de Barreiro y se formó un frente al lado opuesto del río». A las 3 de la tarde la acción militar era intensa en dos combates simultáneos: las dos vanguardias en los alrededores del puente y el grueso de los ejércitos en la planicie hacia el camino de Samacá. Las fuerzas patriotas tenían unidad y facilidad en las comunicaciones; en cambio, las realistas estaban incomunicadas y separadas por el Teatinos y la vanguardia rebelde.
Por su parte, el coronel Juan José Rondón con sus lanceros de Llano Arriba recibió la orden de atacar por el centro al ejército realista.
Simultáneamente, Santander ordenó a los guías de Casanare, guiados por José María Ruiz, pasar al riachuelo Teatinos para volver por la espalda a la vanguardia realista. Los patriotas treparon por los escarpados lugares llenos de matorrales y se presentaron de improviso para envolver por la espalda a la vanguardia realista comandada por el coronel Francisco Jiménez. Dos escuadrones de realistas se enfrentaron a los llaneros, pero fueron derrotados. El general Santander aprovechó el desconcierto del enemigo para lanzar sobre el puente de Boyacá a los batallones Cazadores y Primero de Línea, comandados por los tenientes coroneles Joaquín París Ricaurte y Antonio Obando. La vanguardia patriota pasó a la orilla derecha del río Teatinos o Boyacá y se tomó el puente, el objetivo del combate.
El general Barreiro se mantuvo a la defensiva. Trató de rehacer su infantería en otra altura, pero la rapidez de las tropas patriotas les cerró el paso, por lo cual la retaguardia realista, cercada por todas partes, decidió rendirse. Así mismo, se rindió la vanguardia realista ante la fuerza militar de la patriota, con su comandante Santander, considerado el ‘Héroe de Boyacá’. Los jefes españoles y la división realista casi al completo, unos 1.600 soldados de tropa americana, fueron hechos prisioneros.
La batalla terminó a las 4 de la tarde del 7 de agosto de 1819. Murieron más de 100 realistas, entre ellos el coronel Juan Tolrá y el comandante Salazar, y 150 quedaron heridos. De los patriotas murieron 13 soldados, entre ellos el capellán de la vanguardia, fray Ignacio Díaz, y 53 quedaron heridos.
Con este enfrentamiento culminó la Campaña Libertadora de 1819, realizada en su corto período de 78 días, desde el 23 de mayo, cuando Simón Bolívar expuso el plan en la aldea de los Setenta ante los jefes del ejército patriota, siguiendo un itinerario militar desde los llanos de Casanare, la cordillera de los Andes y las tierras de la antigua providencia de Tunja, el cual culminó en el puente de Boyacá.
Hechos posteriores
El mismo día de la batalla un soldado adolescente llamado Pedro Pascasio Martínez, acompañado de otro soldado llamado Negro José (ver abajo); Barreiro y otros 37 oficiales españoles hechos prisioneros el día de la batalla, fueron ejecutados el 11 de octubre de 1819 por orden de Francisco de Paula Santander, dentro de la consigna de guerra a muerte.
En la noche del 8 de agosto fue informado el virrey Juan de Sámano en Santa Fe de Bogotá la noticia de la derrota del ejército realista de Barreiro, por uno de los fugitivos del campo de batalla.
Al amanecer del 9 de agosto Sámano abandonó la ciudad con su guardia de honor; los oidores, otros empleados públicos y muchos españoles se dieron a la fuga con precipitación; los comerciantes al huir dejaban abiertos sus almacenes. El virrey se embarcó en Honda y pudo escapar a tiempo, huyendo precipitadamente a Cartagena de Indias, donde su autoridad fue desconocida. Navegó hasta Jamaica, apareciendo luego en Panamá, sin mando administrativo ni mando directo de tropas. En esta situación dimitió, y finalmente murió en 1821.
Finalmente Bolívar llega a Santafé de Bogotá donde entró sin resistencia alguna el 10 de agosto de 1819 a la 5:00 p. m..
Orden de Boyacá
Consecuencias históricas
La leyenda del niño soldado
Monumento dedicado a Pedro Pascasio Martínez y Negro José en las inmediaciones del puente de Boyacá.
Cuenta la leyenda que la mala suerte de Barreiro en tierras americanas quedó sellada esa misma noche de Boyacá cuando un muchacho de 12 años que se encargaba de cuidar los dos caballos de Bolívar, Pedro Pascasio Martínez, acompañado de un soldado llamado Negro José, lo hizo prisionero después de negarse a ser sobornado por las monedas de oro de Barreiro. Por el acto de atrapar al general Barreiro, Pascasio Martínez fue ascendido a sargento y se le prometieron 300 pesos los cuales nunca fueron entregados.